Es un concepto exquisito en la vida cotidiana, más que una habilidad, es una necesidad para sobresalir.
Ésta, nos permite moderar y nivelar las emociones que tenemos con nosotros mismos y con los demás; es la manera en que interactúas y expresas de manera razonable, esas emociones.
La inteligencia emocional regula nuestro estado de ánimo y hace que interfieras positiva y adecuadamente en la sociedad, logrando que te desarrolles plenamente dependiendo la situación.
Las habilidades sociales son parte importante para el concepto, estas nos permiten relacionarnos de mejor forma y son nuestra carta de presentación con las personas que nos rodean. Ser asertivos con las habilidades sociales incluye un buen manejo de la comunicación verbal y no verbal.
Algunas habilidades importantes a desarrollar son:
En la vida profesional, el coeficiente intelectual es importante, pero las aptitudes que se desarrollan con la inteligencia emocional son indispensables.
Es de vital importancia en el ámbito laboral, saber resolver conflictos, establecer convenios, convencer a otros, reconocer las ideas de los demás, trabajar en equipo y saber expresar lo que piensas sin desaprobar lo que piensan o hacen los demás. La inteligencia emocional ha tomado un protagonismo interesante entre los directores y CEOs de las empresas.
En la vida personal, la subjetividad y manejo en las emociones puede hacerte pasar malos ratos. El autoconocimiento o autoconciencia nos permite darnos cuenta que sabemos lo que estamos sintiendo y qué hacer con ello.
“Las emociones son el lenguaje con el que tu cerebro te avisa de la idoneidad de tu entorno para tu supervivencia. Las emociones son biológicamente innatas y evolutivamente necesarias.”
Izanami Martínez- Antropóloga
Algunos tips para que tu inteligencia emocional sea más activa dentro de tu vida personal son:
“La creatividad, la inteligencia emocional, la imaginación y la capacidad de solucionar problemas son los elementos que hace que los humanos seamos diferentes al resto de los animales”
Izanami Martínez- Antropóloga
¿Y tú? Cómo desarrollas la inteligencia emocional? ¡Cuéntanos!